4. Medicamentos Orales: En casos de acné moderado a severo, un dermatólogo puede recetar medicamentos orales, como antibióticos o isotretinoína, para ayudar a controlar los brotes de acné desde el interior. Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios y deben ser recetados y supervisados por un profesional de la salud.
5. Terapias Profesionales: Las terapias profesionales, como peelings químicos, microdermoabrasión o terapia con láser, pueden ser opciones efectivas para el tratamiento del acné resistente. Estos procedimientos ayudan a eliminar las capas superficiales de la piel y a estimular la renovación celular, reduciendo así la apariencia del acné y mejorando la textura de la piel.
6. Cuidado Nutricional: Mantener una dieta equilibrada y nutritiva puede ayudar a mejorar la salud de la piel y reducir la frecuencia de los brotes de acné. Limita el consumo de alimentos grasos y azucarados, y asegúrate de incluir alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales, como frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras.
En resumen, el tratamiento del acné puede requerir un enfoque multidisciplinario que incluya cuidados de la piel, tratamientos tópicos, medicamentos orales y terapias profesionales. Consulta a un dermatólogo para determinar el mejor plan de tratamiento para tu tipo de piel y gravedad del acné.